Los pronósticos para el 4 de julio anunciaban probabilidades de lluvia. Pero el jueves, la posibilidad de tormentas con lluvias torrenciales apareció en el panorama
El viernes se formaron conjuntos de tormentas eléctricas repetidamente sobre la misma zona del centro de Texas, donde se movieron con lentitud y ocasionaron lluvias torrenciales que provocaron inundaciones repentinas y mortales. En algunos lugares llovió el equivalente a un mes en tan solo unas horas.
“Lo que las hace tan peligrosas es el exceso de lluvia que se prolonga en una zona”, dijo Emily Heller, meteoróloga de la oficina del Servicio Meteorológico Nacional de Austin-San Antonio.
El tiempo catastrófico en el condado de Kerr se produjo con una corriente constante de humedad que fluía desde el golfo y arrastraba restos de humedad de una tormenta tropical que empapó la península de Yucatán en México a principios de semana.
Fue como si una esponja completamente saturada se exprimiera en las alturas.
“Cuando hay mucha humedad en el aire, como ha ocurrido en los dos últimos días, pueden iniciarse estos grupos de tormentas de escala espacial bastante pequeña, pero con precipitaciones realmente intensas”, dijo Russ Schumacher, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado.
En los primeros días de la semana, las previsiones para el 4 de julio anunciaban probabilidades de lluvia para el jueves y un tiempo potencialmente más seco para el viernes. Pero al inicio de la mañana del jueves, el pronóstico había empezado a cambiar y se había introducido la posibilidad de tormentas con lluvias torrenciales.
A primera hora de la tarde del jueves, el Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta de inundaciones para algunas zonas del sur del centro de Texas, incluido el condado de Kerr, en la que se advirtió que se esperaba que un sistema de tormentas de movimiento lento provocara desde chubascos dispersos hasta tormentas intensas que durarían hasta el viernes por la mañana.
“Se volvió realmente aparente a primera hora del jueves, cuando los modelos empezaron a ponerse de acuerdo”, dijo Heller. “Ya teníamos algo de lluvia, ese fue el empujón para enviar la alerta”.
La primera alerta de inundación repentina, para el condado de Bandera, se emitió justo antes de la medianoche del jueves. Un aviso indica que las condiciones son favorables para las inundaciones, mientras que una alerta ordena tomar medidas inmediatas porque se espera que se produzcan inundaciones o porque ya se están produciendo.
Justo después de la medianoche del viernes, el Centro de Predicción Meteorológica, una rama del Servicio Meteorológico que pronostica lluvias intensas, emitió un pronóstico que mostraba claramente que se esperaba un episodio de precipitaciones extremas en el centro de Texas. El organismo advirtió que unas precipitaciones por hora superiores a cinco o siete centímetros de lluvia por hora podrían provocar importantes inundaciones repentinas, sobre todo teniendo en cuenta el terreno.
La zona de Hill Country, donde el río Guadalupe se desbordó el viernes, suele denominarse “callejón de las inundaciones repentinas” porque las precipitaciones se encauzan a través del terreno montañoso y los cañones hacia los valles. “Esto puede causar inundaciones repentinas devastadoras en un santiamén”, dijo Schumacher.
A la 1 a. m. del viernes, el Servicio Meteorológico dijo que se estaba produciendo una inundación repentina muy peligrosa en el condado de Kerr y que las precipitaciones alcanzaban entre siete y 10 centímetros por hora, sin que hubiera indicios de que fueran a amainar. Se emitió un aviso de inundación repentina.
“Cuando llueven 20 o 25 centímetros en pocas horas, el suelo no puede absorber el agua y esta se escurre rápidamente y los ríos crecen a gran velocidad”, dijo Schumacher.
Hacia las 4 a. m., se emitió un aviso de “situación especialmente peligrosa” para el condado de Kerr. Este inusual nivel de alerta solo se utiliza en los fenómenos meteorológicos más extremos.
En ella se identificaba a Hunt, Kerrville y Center Point, todas ellas comunidades a lo largo del río Guadalupe, como lugares de preocupación: “¡Los residentes y los campistas deben BUSCAR SUELO MÁS ALTO AHORA! Se esperan inundaciones repentinas a lo largo del río que pueden poner en peligro la vida”.
El río Guadalupe había crecido más de 6 metros en tres horas. “Se trata de una ola de crecida muy peligrosa y potencialmente mortal que avanza por el río”, dijo el Servicio Meteorológico.
Mucha gente dormía durante las tormentas previas al amanecer, y el Servicio Meteorológico dijo que el aviso se había establecido para activar las alertas de los teléfonos móviles y despertar a las personas que se encontraran en la trayectoria de la crecida.
Fuente: https://www.nytimes.com