OPINÓN
De inmediato se le revirtió al Presidente López Obrador su acusación matutina sobre las críticas a su gobierno que han marcado tendencia en redes en las últimas semanas. “Son bots”, insistió por segundo día consecutivo y advirtió que pedirá transparencia a Facebook y Twitter para que informen sobre quiénes son sus clientes. Todavía anoche el hashtag #NoSoyBot seguía siendo tendencia y acumulaba miles de reclamos, buena parte con credencial de elector vigente, y mensajes de enojo en contra del Ejecutivo.
Las benditas redes sociales como las había calificado AMLO parecen ahora darle la espalda y a mermar su carisma, ese que lo encumbró como el primer líder político nacional más popular de Twitter y Facebook. De otro modo sería difícil entender su forma de estallar en contra de las herramientas que contribuyeron con su arrollador triunfo electoral de junio de 2018 y a las que colmó de elogios en la histórica noche de celebración llevada a cabo en el Zócalo capitalino por propiciar un cambio de mentalidad entre los mexicanos.
Sin embargo, 23 meses después López Obrador, en medio de la peor crisis sanitaria y económica nacional que descarrila su plan de gobierno, hizo evidente su desprecio debido a que su figura ya no es alabada como cuando lucía frente al acabado liderazgo de Peña Nieto.
Hoy la figura del tres veces candidato presidencial sufre un desgaste, lo revelan diversas encuestas. Se acabaron los días cómodos para pasar a los más difíciles. Además, del #NoSoyBot en las últimas horas poco más de 400 mil personas retomaron la firma de petición en redes sociales para que Andrés Manuel presente su renuncia al considerar que no es apto para dirigir al país ni para solucionar los problemas que enfrenta la sociedad mexicana. Es decir, en las horas subsecuentes a su reclamo, el Presidente volvió a sentir el rigor las redes sociales.
El equipo de nueve personas que maneja las redes sociales de Andrés Manuel, según lo revelado por Palacio Nacional en febrero pasado, se ha visto imposibilitado para darle la vuelta a los hashtag que no le favorecen al jefe del Ejecutivo. En los últimos días el antagonismo de Felipe Calderón se vio compartido con uno que está en su propio equipo. Es el caso de Manuel Bartlett y su hijo, descubierto por Mexicanos contra la Corrupción, como proveedor abusivo de ventiladores para uso médico frente a la epidemia de COVID-19 que vendió a sobreprecio el equipo, mismo que ayer el canciller Marcelo Ebrard se encargó de exhibir al anunciar la adquisición de 211 ventiladores a EU en menos de 400 mil pesos frente a los adquiridos por Zoé Robledo, director del IMSS, en 1.5 millones de pesos. En vez de condenar, el sobreprecio López Obrador descalificó la investigación periodística. ¿Son bots? Seguramente de ambos lados los hay; pregúntenle a los periodistas que hacen cuestionamientos incómodos en Palacio Nacional. Las tendencias negativas en redes, para el presidente, sin embargo, también son ganadas a pulso por la manera autoritaria de este gobierno y la falta de un plan eficaz para afrontar la crisis por la pandemia.
Alejandro Sánchez // Contra las cuerdas
Fuente: https://heraldodemexico.com.mx/